Hoy cumplí 25 años. Si tomo en cuenta que la expectativa de vida de un hombre mexicano es de 74 años entonces hoy alcance un tercio de la vida que voy a vivir. Creo que esta reflexión pone muchas cosas en perspectiva, y no me refiero a la edad propiamente dicha porque en realidad nunca me ha importado la edad que tengo.
Me refiero en particular a las cosas que he hecho en el pasado y las que me faltan por hacer.
En cuanto al pasado, aunque estoy satisfecho por haber terminado la escuela, haber trabajado y haber viajado por Europa, siento que no hice algunas cosas que debí de haber hecho para mi edad como haber viajado más, haber ido a más fiestas, haber conocido a más personas o simplemente el haber disfrutado más todos los momentos que se me pusieron en frente. Y como ya ni lamentarse es bueno pues creo que hay que poner los ojos, más que en el futuro, en el presente. Siempre he pensado que las cosas que uno no planea son las que más se disfrutan pues te agarran completamente desprevenido, sin que las esperes y creo que es ese factor sorpresa el que las hace más disfrutables y agradables.
Aunque tengo ya algunos planes hechos (como por ejemplo vivir algún tiempo solo, viajar a Chile o estudiar algún diplomado o maestría) debe ser el día a día el que te mueva, el que te inspire a hacer las cosas y el que disfrutes pues es, además de la muerte, lo único que tienes seguro.
Creo que en ninguno de mis cumpleaños anteriores había pensado sobre el porqué estoy aquí y sobre lo que quiero y hasta cierto punto me entristecí un poco.
En fin, me faltan 50 años (con su +- error) para vivir esta vida que soy afortunado de poseer, de disfrutar a la gente que quiero, de ver por mí, de realizarme y de encontrar mi propósito en esta vida.
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