martes, 22 de julio de 2014

El de la cena y la actitud hacia las cosas...

La semana pasada se organizó una cena con la vice presidenta para Latinoamérica de la división en la que trabajo. La única condición: solo marketers estaban invitados, cero jefes, cero gerentes o directores, solo las personas encargadas de hacer marketing en la división. Además, era fuera de horario laboral, por lo que técnicamente no necesariamente tenías que quedarte o acudir a la reunión.
Al final de cuentas todos los mercadólogos fuimos (9 en total).
¿Cómo nos fue? Creo que muy bien, platicamos sobre nuestros trabajos anteriores, sobre cosas que nadie supiera de nosotros y finalmente le hicimos preguntas sobre la división, sobre la compañía en USA, sobre las posibilidades que tenemos de crecimiento y también de movilidad hacía otros países. Creo que la pasamos bien, pasamos un par de horas y finalmente nos despedimos.
Todo esto estuvo bien, pero hubo personas que desde antes de la reunión llevaban una mala actitud. No digo que todo haya sido perfecto pero creo que cuando te predispones sin siquiera saber que viene ya empezaste mal. En verdad no puedo creer que muchas veces el objetivo sea siempre criticar y nunca proponer, siempre echar abajo todo en lugar de construir.
En fin, creo que este mundo no es perfecto, o mejor dicho, creo que cada quien es diferente y hay muchas formas de pensar. Quizá soy yo el que espera que todo mundo piense como yo.


domingo, 20 de julio de 2014

El de la despedida de una amiga del trabajo…

En verdad que me afectan las despedidas. En esta ocasión fue mi amiga L del trabajo, quien se convirtió en mi mejor amiga del trabajo por una temporada y quien decidió renunciar y embarcarse en un reto profesional mucho más grande y retador.
Aunque no estaba contenta con el trabajo o con la empresa, siempre me hacía reír y su ingenio y risas eran muy contagiosos.
Pasamos por todo, cambio de director, cambio de jefes, cambio (o mejor dicho incremento) de actividades y responsabilidades, personas que se fueron y personas que llegaron.
Aunque quizá ya no teníamos tanta comunicación como antes (nos cambiaron de lugar y de pasillo) siempre era genial poder platicar al menos unos cuantos minutos con ella.
También creo que su opinión crítica y objetiva (a veces no tanto jaja) siempre se reflejaba en todos los consejos que me daba sobre mis mil y una inseguridades laborales.
El día en que se fue (la semana pasada) no se despidió de nadie, quizá así fue mejor pero yo me quedé con esa sensación de no haber podido cerrar ese ciclo. Quizá ese ciclo no estaba destinado a cerrarse pues la amistad siempre seguirá.
Creo que me quedo con sus ganas de buscar cosas mejores, de ser un buen amigo y de siempre motivarme a buscar lo que quiero.

Espero que esta no sea una despedida.